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2017-07-11
Los seres humanos tenemos cinco sentidos que nos sirven para conocer y relacionarnos con nuestro entorno; son el gusto, la vista, el olfato, el oído y el tacto. Los órganos de los sentidos captan impresiones las cuales son transmitidas al cerebro y éste las convierte en sensaciones. Con la vista notamos lo que pasa a nuestro alrededor; con el gusto reconocemos los sabores; con el olfato olemos lo que está en el entorno; con el oído sentimos todos los sonidos y con el tacto reconocemos las cosas cuando las tocamos.
En 1760, el filósofo Immanuel Kant propuso que nuestro conocimiento del mundo exterior depende de nuestras formas de percepción. Para definir lo que es «extrasensorial» necesitamos definir lo que es «sensorial». Cada uno de los sentidos consiste de células especializadas que tienen receptores que reaccionan a estímulos específicos. Estas células están conectadas por medio del sistema nervioso al cerebro. Las sensaciones se detectan en forma primitiva en las células y se integran como sensaciones en el sistema nervioso. La vista es probablemente el sentido más desarrollado de los seres humanos, seguido inmediatamente por la audición.
El sexto sentido en la mujer
Se ha comprobado científicamente, que la mujer reacciona con mayor velocidad a ciertos estímulos, gracias a su óptimo equipo sensor, la mujer detecta y analiza la información y debido a la extrema rapidez de su cerebro para transmitir información de un hemisferio a otro, es mucho más hábil para integrar y descifrar señales verbales, visuales, auditivas, táctiles o de cualquier otro tipo.
Pero más allá de toda esta información científica y para respaldar este estudio, está más que probado que la mujer cuenta con un sexto sentido, que va más allá de la intuición, de la percepción y tiene la gran habilidad de darse cuenta de las cosas, incluso mucho antes de verlas.
De allí la ventaja que tienen las madres con respecto a los hijos, que más allá de llegar a conocerlos en todo sentido, pueden descubrir cuando se les está mintiendo con tan solo mirarlos a los ojos. Lo mismo ocurre con las parejas, con los amigos y con cualquier persona con la cual se relacione. Pero esta misma habilidad que tienen las mujeres para no ser engañadas, las colocan en su contra cuando sencillamente imponen la negación ante alguna mentira que les causa dolor.
El punto está, en el hecho de que la mujer siempre ha tenido sensibilidad de percibir las cosas, más allá de esa intuición y esa voz interior que le hace saber cuándo algo anda mal, de presentir los sucesos, de descubrir las mentiras y de poder leer en los ojos de cualquier persona. Y hasta en el tono de la voz, la amargura, la tristeza y la alegría. Ese don que tienen las mujeres crea una barrera contra las mentiras, y también le da un paso especial a la sabiduría y al consejo que puede ofrecer una mujer ante cualquier situación.
Antes de considerar mentirle a una mujer, debes al menos tener la información, sino la inteligencia de entender que las mujeres podrán percibir lo que se les oculta y lo que hay tras la mentira que se les intenta decir. Siempre debes recordar que vienes de una mujer y que ésta siempre tendrá la experiencia, la consciencia y la habilidad de saber qué está pasando realmente. Es preferible en la mayoría de los casos hablar con claridad y transparencia, antes de encaminarse en un rumbo sin retorno, a través de una mentira.
“La intuición de una mujer es más precisa que la certeza de un hombre”. Rudyard Kipling
Ellas son como un radar
Esta es la razón de que muchos hombres tengan dificultades para engañar a sus mujeres cara a cara, pero el caso contrario, como saben la mayoría de mujeres es bastante fácil, ya que el hombre carece de la sensibilidad necesaria para detectar incongruencias entre su mensaje verbal y corporal. Una mujer no debe temer que la descubran cuando finge un orgasmo. Sin embargo, si un hombre le miente a una mujer, resulta mucho más seguro que lo haga por teléfono, por carta o con las luces apagadas y con una manta por encima de la cabeza.
Las mujeres, usan su lado derecho del cerebro, el encargado de la imaginación e inteligencia emocional y la imaginación, están más atentas a las respuestas emocionales después de alguna pregunta y todo ello ocurre desde su inconsciente.
La intuición femenina, es ese don por así llamarlo que poseen las mujeres y para lo cual no hay mucha explicación de por qué sucede, es como si algo les dijera al oído que algo anda mal o está por suceder, es como una sensación que aparece en la cabeza y recorre todo el cuerpo, pero que aún no se sabe definir.
La intuición es una percepción muy veloz que surge ante efectos visuales, auditivos y sin que haya elementos presentes, porque no sólo intuimos sobre lo que vemos sino también captamos sensaciones. Pruebas científicas avalan que la intuición es real, que no es un mito.
Hace ya muchos años se realizó una investigación en Londres, más exactamente en el Instituto de Salud, sobre si existía o no la intuición femenina y se comprobó que así es, existe.
Al parecer las mujeres tienen un gen, exclusivamente femenino que sería el que les permite tener una intuición mucho más desarrollada que los hombres. También se dice que las mujeres, unas más y otras menos pueden interpretar en forma inconsciente el lenguaje corporal.
Lenguaje Diferenciado
Más que la existencia de un sentido exclusivo femenino, el psicólogo Óscar Urzagasti, considera que esto tiene que ver con las diferencias entre los hombres y mujeres, que, entre otros, hemos sido entrenados para entender dos tipos de lenguaje: el verbal y el analógico.
Las mujeres tienen más capacidad de entender mejor ciertas situaciones que para un varón pueden pasar desapercibidas. “Las damas son más sensibles, susceptibles y perciben mejor las cosas, debido a que tienen un lenguaje diferenciado al que poseen los hombres y, para encontrar una respuesta al punto de conflicto, ellas hacen caso a su sexto sentido”, dice el experto.
La intuición es la facultad de comprender las cosas de manera instantánea, sin necesidad de que medie el razonamiento. Su enorme poder reside en la velocidad con la que nos transmite la información, acumulada por años de experiencia. “La manifestación de esta cualidad se relaciona con el área de las emociones. Éstas son alteraciones del ánimo, intensas y pasajeras, que nos indican la presencia de algo que, por alguna razón, nos interesa o afecta. Siempre surgen como reacción a una evaluación automática que hacemos de lo que nos pasa, y van acompañadas por cierta conmoción somática”.
Para los estudiosos de este tema, los sentimientos juegan un rol fundamental a la hora de tomar decisiones en la vida, ya que éstas no sólo requieren racionalidad, sino que exigen la presencia de sensaciones viscerales (actitud de expresar algo muy íntimo), que son indicadoras de la sabiduría emocional acumulada por las propias experiencias pasadas.
Gestos y Señales
Esta capacidad especial de percepción que las mujeres, por genética y educación tienen más desarrollada que los hombres, les permite ser más persuasivas para entender por qué su hijo adolescente tiene una cara de tristeza o cuál es la razón para que su bebé llore. Desde pequeñas han sido educadas por sus mismas madres para entender gestos y señales y, por tanto, estar pendientes de quienes las rodean. Esto facilita adelantarse a las cosas.
¿Cómo mejorar el sexto sentido?
Para que tu intuición o sexto sentido funcione como una guía confiable y certera te recomiendo:
Identifica y sé consciente de tus propios conflictos emocionales. Digamos que una buena brújula sirve en la medida en que siempre apunte hacia el norte; así como nuestra intuición funciona en la medida en que siempre apunte hacia la realidad.
No te dejes llevar por factores externos. Si hay un imán demasiado cerca de nuestra brújula, ésta apuntará hacia él; igualmente nuestra intuición puede ser distorsionada en la medida en que nuestros propios conflictos, prejuicios o inseguridades influyan sobre aquella.
Mantente en contacto contigo misma y con tus emociones. Así tendrás mayor capacidad de utilizar su experiencia para anticiparte a situaciones novedosas y adaptarte mejor a tu ambiente.
Aprende a controlar tu enojo. Una persona neurótica tiene miedo de contactar consigo misma y sus emociones, y se relaciona con los demás detrás de un filtro o barrera de conflictos e inseguridades que le hacen presuponer cómo son las personas y qué esperar de ellas, no por intuición, sino por temor a volver a vivir una experiencia dolorosa.
¿Por qué las mujeres tienen más sexto sentido? Porque están más en contacto con sus emociones. Así que si quieres tener más idea sobre un galán, déjate llevar por tu intuición, es muy probable que no te falle.
«Ten el coraje de seguir a tu corazón y tu intuición. Ellos, de alguna forma saben en lo que realmente quieres convertirte». Steve Jobs