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Articulo



PROBLEMAS DEL HIGADO Y SUS CONFLICTOS EMOCIONALES

2017-07-07


El hígado está relacionado con la crítica y un absceso del hígado indica una gran insatisfacción en mi vida, que puede proceder del hecho que los acontecimientos no se desarrollan como quiero, que me preocupe demasiado para ciertas situaciones o que la alegría y el amor que alimentan mi vida sean insuficientes. Éste es un mensaje que me da la vida para desarrollar mi flexibilidad y mi apertura y hacer que yo busque el amor y la comprensión que necesito para descubrir más este amor que está en mí.

Crisis del Higado
El hígado metaboliza los alimentos, elimina los excesos de proteínas, grasa y azúcar y purifica la sangre de sus impurezas. Es esencial a la vida. Es conocido como la “sede de la ira y de la crítica”. El hígado también está vinculado con mi comportamiento y representa la facilidad de adaptación a los acontecimientos y a las circunstancias de la vida. Las emociones negativas que siento (pena, odio, celos, envidia, agresividad) traban el buen funcionamiento del hígado. Mi hígado tiene la capacidad de acumular estrés y tensión interior.


Es también en mi hígado donde se depositan mis pensamientos y mis sentimientos amargos e irritantes que no han sido expresados o resueltos. Por esto, cuando limpio mi hígado por medios fisiológicos, (por la fitoterapia o de algún otro modo) o energéticos, entonces me siento más calmado y en mejor contacto conmigo mismo.

Los desórdenes del hígado pueden incluso llevarme a vivir la depresión, ésta siendo percibida como decepción frente a mí mismo. Puedo vivir en ese momento tristeza, cansancio, una dejadez general. Cuando mi hígado está sucio, afecta los niveles espirituales e interiores de mi consciencia. Puedo perder mi vía y la dirección que debo tomar. El hígado da la vida y también puede alimentar mi miedo a esta misma vida. Debemos actuar de forma positiva (conscientizar) para que el higado me dé vida.

Dolores del Higado
El hígado es la glándula más grande del cuerpo. Sus funciones lo convierten en uno de los órganos más importantes y más complejos del organismo. Vierte sus secreciones (una de los cuales es la bilis) al intestino, participando así en el proceso digestivo. Interviene activamente en el metabolismo de los glúcidos (azúcares), los prótidos (proteínas) y los lípidos (grasas). Colabora en la coagulación sanguínea y tiene una función antitóxica. La alteración de una de estas funciones es signo de un problema hepático. Algunos de ellos son: ABSCESOS, CÁLCULOS BILIARES (PIEDRAS), CIRROSIS, CRISIS HEPÁTICA, HEPATITIS VIRAL, ICTERICIA y TUMORES.

Los dolores de hígado proceden de mi propia actitud. Mis frustraciones acumuladas, mis odios, mis celos, mi agresividad contenida son factores activadores de los problemas del hígado. Estos sentimientos esconden miedos que no pueden expresarse de otro modo. Tengo tendencia a criticar y juzgar a los demás con facilidad. Me quejo constantemente. Resisto a alguien o a algo. Vivo mucho disgusto. Acepto difícilmente a la personas tal y como son.

La alegría de vivir es frecuentemente inexistente porque tengo envidia de los demás, lo cual me perturba y me pone triste. Sin embargo, hasta qué punto estoy listo para hacer esfuerzos, tanto en el plano material como en mi caminar espiritual? Aún no he comprendido que lo que yo reprocho al otro sólo es el reflejo de mí mismo. Sólo es mi espejo. Me quejo constantemente y pido a los demás que cambien. ¿Dónde está mi buena voluntad? ¿Cuál es el esfuerzo por mi parte?

También carezco de alegría de vivir, simplicidad. Podré desarrollar un cáncer de hígado si todas las emociones que me son nefastas me “agobian” desde un buen tiempo. Frecuentemente, resulta de un conflicto con relación a la familia o al dinero, especialmente cuando tengo miedo de carecer de algo. Es tiempo que tome consciencia que debo aceptarme tal como soy y aprender a amarme más. Ser capaz de amarme y comprenderme a mí mismo me abre la vía a mi comprensión y al amor de los demás. Recobrar la alegría de vivir es la clave para sanar el hígado.

Dese la perspectiva de la biodescodificación, todas las enfermedades tienen entre sus causas, un fuerte componente emocional. El hígado tiene funciones de almacenaje, de depuración y de metabolismo en el cuerpo. Se podría decir que todo aquello que ingerimos, nos untamos en la piel, nos ponemos en el cabello, pasa por el hígado. Es el gran laboratorio.

Este órgano está vinculado con tus comportamientos y sobre todo con tu adaptación a los cambios y las diferentes circunstancias de la vida. Las emociones negativas (pena, angustia, odio, envidia, agresividad) pueden trabar el buen funcionamiento de tu hígado. Este órgano tiene la capacidad de acumular mucha tensión en su interior y es allí donde se depositan los pensamientos negativos que no expresas o resuelves.

Cuando nuestro hígado presenta alguna falla funcional, algún síntoma, se debe a que estamos viviendo un conflicto emocional.

Hígado Graso
Las personas que presentan hígado graso sienten una emoción total de “me están matando”. Tal vez una persona puede llegar a pensar que toma muchos medicamentos, éstos que se filtran por el hígado, y ésta persona dá por hecho que dichas medicinas le van a matar, cree que: “Estas medicinas me están matando”. Tal vez esta persona sospecha que alguien quiere envenenarla (puedes ser real o simbólico). Su inconsciente cree que “Esta persona a mi lado me está matando, me intoxica”. Y automáticamente, el hígado retiene grasas, para protegerse del envenenamiento (real o simbólico).

¿Qué conflicto emocional estoy viviendo?
Los problemas del hígado se manifiestan cuando la persona hace demasiado, se preocupa por todo lo que sucede a su alrededor en lugar de digerirlo bien, es decir, adaptarse a los acontecimientos. Tiene miedo de las consecuencias, sobre todo de fallar en algo. Esta dificultad de adaptación a una situación nueva le hace sentir mucho enojo y descontento. Estos problemas también indican una actitud depresiva, aun cuando sea inconsciente.

Otro conflicto emocional que puede dañar el hígado, es el espiritual. El tener dudas sobre mi fe, sobre mi porvenir, tener una fe que si bien existe, me provoca incertidumbre y dudas y me hace sentir vacío, sin “alimento” espiritual.

Otro conflicto posible, es el tener una familia conflictiva, en la que yo soy el salvador. Por lo tanto, yo creo un sentimiento de: “Mi familia me come el hígado”. Me tienen harto. Por lo tanto, yo debo crear “mucho hígado” para soportar situaciones difíciles y cotidianas.

En metafísica, el hígado es el lugar del enojo reprimido. La persona afectada por los problemas hepáticos suele ser del tipo que no se ofende porque se siente indefensa, incompetente ante las ofensas. Se muestra en desacuerdo con los que se ofenden, sobre todo con aquellos que pierden el control, porque ella se esfuerza mucho para no demostrar nada. Siente amargura y tristeza. Cuando lleva ya mucho tiempo reprimiéndose, en lugar de sufrir un ataque de enojo y desahogarse, sufre una crisis hepática.

¿Cómo libero esa emoción biológica?
Debido a que el hígado tiene una función vital en la coordinación de las diferentes funciones del cuerpo humano, un problema en este órgano indica que te estás olvidando de coordinar bien lo que sucede en tu vida. En lugar de adaptarte a los acontecimientos y a las personas, los juzgas, quieres cambiarlos y te bloqueas internamente al poner demasiada atención a lo que ocurre en tu mente.

Cada enojo interno es una indicación de que te olvidas de ponerte en el lugar del otro y de que quieres tener razón. Por lo tanto, te sientes ofendido con facilidad. Tu hígado te indica que debes dedicar tiempo a acomodar dentro de ti lo que pasa a tu alrededor antes de sacar conclusiones con demasiada rapidez. También te dice que tienes todo lo necesario para defenderte.

Cirrosis
La cirrosis es una enfermedad inflamatoria del hígado causada, entre otras cosas, por el consumo abusivo de alcohol. La cirrosis se encuentra en el que se siente empujado por la vida, por acontecimientos o ciertas situaciones que le obligan a avanzar. Sintiéndome empujado contra mi voluntad, resisto y me agarro a mis opiniones. Vivo con rencor y agresividad. Esta enfermedad es el reflejo de mi ira, mi resentimiento frente a la vida y a lo que me sucede.

Estoy lleno de una agresividad interior latente y me culpo constantemente porque tengo la convicción de haber “equivocado” mi vida. Paso mi tiempo culpándome y criticando a los demás. Me endurezco tanto que ya no consigo ver la luz al final del túnel. Para comenzar a sanar esta enfermedad debo comenzar un real cambio con mi vida, aceptar vivir el instante presente y ver todo lo bueno que me está sucediendo “ahora”.

Abro mi corazón y presto atención a cada gesto, en cada acción aquí y ahora y aprendo a no ser tampoco un juez severo. Siendo más tolerante conmigo mismo, lo seré también hacía los demás, lo cual me traerá mucho más armonía y felicidad en mi vida. Compruebo mis intenciones verdaderas, me mantengo abierto al amor y me aprendo a perdonar de lo que he considerado soy culpable.

Hepatitis
La hepatitis es una infección del hígado causada o bien por un virus, por bacterias, por el alcohol o por medicamentos, y afecta totalmente el cuerpo. Los síntomas son la debilidad, la ictericia, la pérdida de apetito, las náuseas, la fiebre y el malestar abdominal. El hígado es el “dador de vida”, limpiando la sangre de sus venenos y excesos, y conservando nuestro estado emocional (la sangre) en un justo equilibrio. El hígado es el lugar en donde puedo acumular emociones intoxicantes y excesivo odio. Es la sede de la ira. Las palabras o enfermedades acabando por “itis”, como hepatitis, indican irritación, ira.

La hepatitis puede estar vinculada con mis relaciones personales o con una situación difícil. Este conjunto de emociones negativas trae debilidad y desesperación y causa ira, culpabilidad y conflictos de prioridades. Cuando “me quemo la sangre” por nada, esto me lleva a vivir mucha ira, rencor, rabia e incluso odio que puede llevar a la violencia contra uno mismo, o contra los demás.

La Hepatitis Viral A tiene su origen en un rencor que puedo tener frente al mismo alimento o frente a un problema de connotación alimenticia. La Hepatitis Viral B manifiesta un rencor vivido con algo o alguien que me ha sido impuesto. Es como si hubiese estado proyectado dentro de una situación que rechazaba. Por ejemplo, me pueden haber obligado a participar a un concurso de danza. La Hepatitis Viral C se produce después de un gran rencor en relación con lo desconocido. Por ejemplo, ¿Quiénes son mis padres? ¿Dónde nací? Puedo sentir mucha resistencia frente a nuevas situaciones en mi vida que me llevan a aportar cambios. Puedo desear engancharme a mis prejuicios y a mis ideas preconcebidas.

La solución a estos conflictos se concentra en aprovechar el tiempo de reposo que debo tomar para hacer el balance sobre mi vida. Liberarse de los prejuicios, odios, rencores e iras que se han codificado en mi inconsciente durante toda la vida.